El Santuario consta de tres naves, la central cubierta con bóvedas de crucería, recubierta con estucos y pintura al fresco, con nervaduras en cuyas claves se representan el sol, el escudo de Biar y el escudo de Aragón y las naves laterales que forman capillas cubiertas con cúpulas ciegas sobre pechinas. El presbiterio es rectangular, elevado por tres escalones de mármol blanco y delimitado con una barandilla de hierro.
Destaca el pavimento hidráulico de colores de principio de siglo XX y la amplitud del espacio interior.
La decoración en general es de estilo neoclásico, destacando en el crucero las cuatro pechinas con pinturas al fresco de notable valor artístico de Tomas Belando, año 1757. La portada es de estilo rococó.
Anexada a esta construcción figura la vivienda del ermitaño, y, junto a ésta, la Hospedería que fue durante unos años residencia de los Capuchinos Franciscanos, orden religiosa que permaneció en Biar durante 321 años.
La decoración en general es de estilo neoclásico, destacando en el crucero las cuatro pechinas con pinturas al fresco de notable valor artístico de Tomas Belando, año 1757. La portada es de estilo rococó.
Anexada a esta construcción figura la vivienda del ermitaño, y, junto a ésta, la Hospedería que fue durante unos años residencia de los Capuchinos Franciscanos, orden religiosa que permaneció en Biar durante 321 años.
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