El banco o predela representa de izquierda a derecha: Santa Lucía, San Antonio Abad, Jesucristo Varón de Dolores, San Onofre y Santa Bárbara. Con el tema del Descendimiento encontramos la tabla central del retablo: la Cruz y bajo ella en el regazo de una Santa María como “Piedad” está Jesucristo. A ambos lados de ellos San Juan Evangelista y María Magdalena. Tras ellos Nicodemo y José de Arimatea. Arriba de esta escena y en relación con ella se describe el Pentecostés o bajada del Espíritu Santo. La Virgen María está rodeada de los doce Apóstoles. En la calle de la derecha, de arriba a abajo San Jerónimo Cardenal escribiendo la Vulgata y San Juan Bautista con el Cordero Místico y una filactería que se puede leer “Ecce Agnus Dei”. En la calle de la izquierda, San Francisco de Asís recibiendo los Estigmas y el Hermano León al fondo. En la parte inferior San Pedro.
Es de un autor anónimo, siendo identificado como el “Maestro de Onil”, debido a que hay un retablo con idénticas características, por lo que se entiende que fueron elaborados por el taller del mismo maestro, el cual se sospecha que podría ser Pere Sanç. Su realización, por construcción y estética, lo podemos situar a principios del siglo XVI, siendo en esta época cuando en la zona valenciana se pintan retablos con las mismas características de construcción estructural.
A nivel decorativo recoge la tradición gótica con decoraciones de pináculos, hojas entrelazadas separando escenas, etc. Estéticamente esta influencia gótica tardía se puede apreciar en la realización tanto de los temas como de ciertos elementos constructivos, paisajes, mantos, rostros, manos, etc. La influencia del renacimiento es ya palpable en arquitectura de fondos, ciertas perspectivas más o menos conseguidas, ciertos detalles iconográficos típicos de la época, vestimenta, bigotes, tocados, etc.
Estilísticamente presenta, además de las influencias flamencas en un primer momento generalizadas hasta finales del XV e italiana de finales del XV y principios del XVI, sobre todo en el reino de Valencia y por la proximidad de pintores relacionados con Italia.
Es un conjunto de cualidades desiguales, sobre todo en el dibujo y modelado de figuras, rostros y manos bien realizadas otras casi esquemáticas, recordándonos el románico, pies y cabeza desproporcionados, pliegues de ropajes, etc. Lo que nos da a entender el trabajo de diferentes personas, de distintas cualidades, siendo común en las obras de talleres.
Con todo esto el estilo de este retablo se puede generalizar como la utilización con problemas de la perspectiva, rostros frontales o en perfil y con dificultades de dibujo anatómico, inexpresividad. Pero la escena del Descendimiento demuestra el conocimiento y maestría en la composición, modelado y color, y detalles muy cuidados de fondos y paisajes.
Hay que decir, que debemos el maravilloso estado de conservación del retablo, gracias a los trabajos de restauración realizados en estos últimos años por Julián García de Iraola.
(Paula Ramos-UA)
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