Un cielo rojo… desciende lento tras las colinas sombreadas…
Quizás es la misma tarde de ayer que, entre sus atuendos, eligió un cromático atardecer púrpura, para yo escribir una prosa llena de leyendas y por unos momentos olvidar mi tristeza…
O tal vez es un firmamento de fiesta, diferente, en que las estrellas dejaron plagado de rosas carmesí, para ataviar la luna creciente…
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