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GENERALITAT VALENCIANA.
SERVICIO DE PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO Y MEDIOAMBIENTAL.
FICHA BIC’S: Castillo de Biar.
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El castillo
se encuentra en suelo urbano, en lo alto del casco histórico de Biar, y las
murallas, que desde éste descienden, abrigan el primitivo núcleo de población
que en la actualidad se encuentra rodeado de nuevos ensanches.
La primera
referencia documental conocida de la existencia del castillo de Biar es la
del Tratado de Cazorla de 20 de marzo de 1179. Se puede deducir que las
construcciones de finales del siglo XII y por tanto musulmanas serían, según
Azuar, la celoquia y la antigua muralla, detectable en aquellas zonas en las
que el posterior revestimiento de mampostería ha desaparecido.
Así mismo la
cubierta de la segunda sala de la torre, de bóveda de arcos entrecruzados, nos
remite a la cúpula de la capilla de las claustrillas en el monasterio de la
Huelgas de Burgos, y la bóveda del crucero de la iglesia de San Millán o de
la Vera Cruz de Segovia, obras todas ellas encuadradas a finales del siglo
XII y principios del Siglo XIII, por lo que la torre y bóveda constituyen por
su cronología un estilo concreto de datado en el último cuarto del siglo XII
que coincide con el tratado de Cazorla.
El tratado de Almizra firmado en 1244
por las Coronas de Aragón y Castilla puso de relieve la importancia
estratégica que este castillo poseía como lugar fronterizo entre los dos
reinos. Jaime I se presentó ante las puertas de la villa el 5 de septiembre
de 1244 y comenzó su asedio que duró hasta el mes de febrero de 1245. El
qa’id de Biar, Muça Almoravit, rindió el castillo bajo la promesa de que
pudiesen permanecer en la villa y que se les respetase su çuna y xara.
Con la
sublevación de Alazraq de 1256, Don Jaime aplicó severas medidas que
posiblemente conllevaron la expulsión de los habitantes de este lugar, siendo
repoblada con gentes de Cataluña y Aragón. Una vez asegurada la villa fue la
base fuerte de la ayuda aragonesa a la corona castellana en el momento de la
sublevación mudéjar de 1264.
Durante la sublevación de los “sarrains paliers”
ocurrida al final de la vida de Jaime I, este castillo fue cárcel del Maestre
el Temple Don Pedro de Moncada, apresado en la batalla de Luchente por los
sublevados, y en 1287 Biar pasó a ser villa real con voto en las Cortes
Aragonesas.
En diciembre de 1293 Jaime II mandó reparar los castillos de Biar
y Castalla, en marzo de 1348. El Rey Don Pedro IV nombró a Pedro Avín obrero
de los trabajos que debían emprenderse en el castillo; en octubre de 1370 la
reina Leonor mandó a Antonio de la Madre de Dios que con el producto de las
rentas de S.M. reparase el castillo de Biar, obras que supervisaría Gerardo
Domenech...
En la margen izquierda del Vinalopó se alza el castillo en la
cima de un cerro de 745 metros de altitud, dominando el pueblo de Biar que se
extiende en la ladera Sur de dicho montículo. Está limitado al Noroeste por
la sierra de la Fontanella, al Este, por las estribaciones de la Sierra del
Reconco, al Sur por la sierra del Fraile, y al Oeste se encuentra el valle de
Biar. El cerro presenta al Noreste un declive pronunciado con un desnivel
aproximado de 100 metros, mientras que al Oeste el declive es menos
pronunciado, de unos 30 metros, donde se ubica la ciudad.
El castillo
presenta un doble recinto amurallado siguiendo el desnivel natural del
terreno, cuyos lienzos están limitados por cubos semicirculares y culmina
todo el recinto la gran celoquia o torre principal emplazada en lo más alto
junto al vértice norte del castillo. El amurallamiento es de tapial reforzado
exteriormente con mampostería y ladrillo, en el que se distinguen troneras en
la barrera, la cual posee un estrecho camino de ronda en su totalidad. La
muralla exterior está limitada por cuatro cubos o troneras y camino de ronda,
insertándose por sus extremos con la muralla.
Entre el segundo y el tercer
cubo, lienzo recayente al Sureste, se emplaza el ingreso principal, con arco
de medio punto en sillería al exterior y arco escarzano al exterior. La
muralla superior posee tres cubos: el central, circular y los laterales
semicirculares, todos ellos de mayor altura que los de la muralla exterior
pero de la misma fábrica. En ésta el almenado está derruido a la altura del
adarve, por donde se ingresaría a los únicos habitáculos existentes en los
cubos, ya que lo que hoy existe es macizo desde su base. El cubo del extremo
Oeste presenta sobre la línea de adarve un habitáculo con bóveda apuntada
sobre fajones.
En la cortina Sureste y adosado al cubo extremo del recinto se
abre un gran vano arquitrabado. El ingreso al recinto principal está
orientado al Este y emplazado junto al cubo circular de la muralla; es de
medio punto de sillería, dando paso a una pequeña sala rectangular cubierta
con bóveda de medio cañón y con buhedera en su cubierta formando una entrada en
recodo. La cubierta, así como la abertura que da paso al patio de armas, es de
ladrillo. La torre circular tapa este ingreso.
La celoquia o gran torre, de
planta cuadrada y sobre basamento de mampostería, se eleva sobre tapial de 90
cm por 1,35 metros de espesor y una altura de 19 metros, con matacanes a los
cuatro lados, siendo a esta altura el remate de rehecho posterior. El ingreso
de la torre está a nivel de al base y es de arco apainelado. Su interior está
compuesto por tres plantas superpuestas.
Desde el castillo descienden dos
nuevos recintos amurallados. El primero sigue las curvas de nivel y recorre
las traseras de las edificaciones del casco histórico. Del mismo se conservan
algunos restos visibles.
El último recinto, que comparte de su perímetro con
el anterior, desciende la ladera y protege el casco histórico desde la calle
Portillo, donde se conservan los restos de esta puerta o portillo, hasta la
Torre de San Roque junto a la puerta del mismo nombre con arco de medio punto
de sillería. Sigue desde aquí por la calle de la Torreta en la que se
conservan tres torres y la última puerta con arco apuntado.
En la iglesia
también se aprecian restos de la muralla. El recinto se completaría con un
último tramo que podría subía en paralelo a la plaza de la Constitución y la
calle Cura Reig hasta el tramo de la muralla anterior.
(C.Pérez-Olagüe.
Basado en la descripción del inmueble de S. Vilches)
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