Pese a ser un pequeño territorio, Biar siempre ha sido una villa “rebelde”.
En el siglo XVI se sumó a las revueltas de Germanías. Una revolución que se inició en Valencia y que se fue extendiendo por todo el Reino. Fundamentalmente fue de carácter social, una protesta antiseñorial contra la nobleza tanto en las ciudades como en el campo. Pero también era de índole religiosa, ya que enfrentaba a los cristianos viejos contra los conversos y los moros que habitaban en los campos y que apoyaban a los señores.
La villa de Biar, junto a Xátiva y Alzira, fue destacable en este conflicto. En este punto, es de justicia resaltar la importancia de las historias locales para mejorar los conocimientos sobre los movimientos agermanados. En Biar tenemos constancia de que se formó una Junta de los Trece, y por tanto se produjo un agermanament de la población. Otro dato conocido respecto a estos sucesos es la cantidad que tuvo que pagar la villa como represalia, que ascendió a unos 2.000 ducados.
Ya en el siglo XVII, con la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), la villa de Biar permaneció fiel al bando borbónico junto con otras poblaciones de la Hoya de Castalla. Este hecho le valió la concesión de ciertos privilegios por parte de Felipe V, así como los títulos de “Muy Noble, Muy Leal y Siempre Fidelísima”.
(Beatriz Ruiz-UA)
(Beatriz Ruiz-UA)
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