Antiguamente se llamaba calle del Ravalet y
hoy está dedicada, desde hace unos pocos años, a la memoria del capitán Miguel Quílez, hijo de Biar, que sirvió al Rey Carlos I en honrosos cargos militares, mayormente en las guerras de África, donde luchó contra el pirata-corsario Dragut y, cayendo prisionero de estos bárbaros, le cortaron la lengua.
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