La alfarería de Biar es una de las más importantes de la comarca.
Se mencionan dos tipos de barro para la elaboración de los diferentes productos, uno blanco para las orzas de miel, cántaros y vasijas; y otro encarnado del que se produce un buen vidriado y se exporta a los pueblos de los alrededores.
Ya en el siglo XIII se hace alusión a la cerámica biarense: cuando el rey Don Jaime reconquistó Biar se encontró la sorpresa de que la industria de cerámica se hallaba muy adelantada en esta villa, otorgando muchos privilegios a los alfareros biarenses.
Una noticia de 1564 pone de manifiesto que la producción de los cantareros y los olleros de Biar llega hasta el Reino de Castilla, y demostrando así la importancia de la alfarería de esta villa durante el siglo XVI. Así como la existencia de 14 fábricas de cerámica.
Esta tradición alfarera evoluciona con el tiempo y en el siglo XVIII se suma a la fabricación de cerámica fina. En esta época debemos destacar a un personaje relevante en la producción de loza fina, Pasqual Ochando (1743-1798) quien junto a sus descendientes dejó huella en esta actividad.
Hay dos características que diferencia la cerámica de Biar: que es el único lugar en el que se produce cerámica vidriada, y que no hay productos con decoración religiosa.
(Beatriz Ruiz-UA)
(Beatriz Ruiz-UA)
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